lunes, 14 de septiembre de 2009
Arbitraje bajo sospecha
Fue pésimo. El arbitraje de Gabriel Favale dio que hablar. Durante todo el primer tiempo le tendió una mano al equipo de Santa Fé, que para el minuto 90 ya contaba hasta con el codo del árbitro.
Un par de hechos claves que llevan a dudar de la honestidad profesional de Favale:
El primero y el peor: Fue sin duda el offside que le cobraron a Cabral. Picó claramente habilitado a buscar el centro de Buonanotte y metió la pelota adentro del arco de un cabezazo. Lo gritó. Porque valía, definitivamente ese gol valía. Pero no. Sin que le temblara el pulso, Favale lo anuló.
Segundo: Ariel Garcé cometió, luego de estar amonestado, dos infracciones que le habrían costado la expulsión del partido por una segunda amarilla que jamás vio en ninguna de las dos ocasiones.
Tercero: La plancha que le hizo el Bichi Fuertes a Orban era notoriamente merecedora de tarjeta roja directa. Lejos de que eso suceda, el árbitro continuó el partido sin siquiera advertir al jugador de Colón... el famoso "Siga, siga" mientras que el jugador "millonario" se encontraba tirado al lado del banderín de córner, fuera del campo de juego.Fue pésimo. Las tarjetas amarillas se hicieron invisibles ante los ojos de los jugadores santafecinos y su equipo permaneció con 11 jugadores, cuando debería haber quedado, por lo menos, con 9.
River no pega una. Y si le pega bien... se lo anulan.
Para que no se siga manchando el fútbol argentino con arbitrajes sospechosos y por su falta de profesionalismo y honestidad, se le saca tarjeta roja a Favale.
Agustina Commisso
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